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Por Dannia Beltrán Celemin, investigadora.

La Caravana Humanitaria por la Vida, la Paz y la Permanencia en el Territorio no solo documentó la situación de las comunidades en el Alto Baudó, sino que también abrió un camino de solidaridad y acción para visibilizar las violaciones de derechos humanos y crisis humanitaria que enfrenta la población de esa región del Chocó. Las voces y experiencias de las mujeres indígenas y afrodescendientes son el faro que guía la lucha por un futuro en paz para los territorios ribereños del rio Baudó.

Surgimiento de la Caravana Humanitaria

La Caravana Humanitaria por la Vida, la Paz y la Permanencia en el Territorio surgió como una respuesta a la solicitud de diversas comunidades y organizaciones sociales de base que enfrentan el abandono estatal y una profunda crisis humanitaria en sus territorios. La caravana, que recorrió regiones duramente afectadas como Antioquia, el sur de Bolívar, Arauca, Chocó y Valle del Cauca, se llevó a cabo del 23 de julio al 23 de agosto, llevando esperanza y solidaridad a estos territorios. La caravana culminó en Cali con la lectura de una declaración política de cierre y el compromiso de presentar en octubre un informe nacional ante el Gobierno Nacional.

Objetivos y participación

El objetivo central de la caravana fue documentar las condiciones de vida y las formas de resistencia de las comunidades, así como visibilizar sus planes de vida y organización comunitaria para la permanencia en los territorios. También, buscó documentar la grave crisis humanitaria que enfrentan, caracterizada por la sistemática violación de derechos humanos y las infracciones al Derecho Internacional Humanitario. Coordinada por la Red de Hermandad y Solidaridad con Colombia (REDHER), la caravana contó con el apoyo de más de 100 organizaciones sociales nacionales e internacionales y la participación activa de 187 caravanistas de 14 nacionalidades, respaldados por 128 guardias indígenas, cimarronas y campesinas.

Comisiones de trabajo

La caravana se organizó en siete comisiones que aseguraron el desarrollo efectivo de sus objetivos: logística, comunicaciones, derechos humanos, género, salud, arte y cultura y guardias. Cada una de estas comisiones desempeñó un rol clave en la articulación y ejecución de actividades centradas en los derechos de las comunidades.

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