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La Resolución 1325 de 2000 es una conquista del movimiento social feminista y pacifista que urge a considerar las afectaciones que producen los conflictos armados en las mujeres, no solo por la especificidad de su victimización como en casos de delitos de violencia sexual, sino además por el rol que históricamente han jugado en la construcción de paz y los procesos de posconflicto.
Surgió en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer: Acción para la Igualdad, el Desarrollo y la Paz convocada por la Organización de las Naciones Unidas del 4 al 15 de septiembre de 1995 en Beijing, China, cuando las organizaciones feministas hicieron un llamado a los Estados a reconocer los impactos de las guerras en las mujeres.
Emitida por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en el año 2000, esta resolución representa un hito significativo en el reconocimiento del papel crucial que desempeñan las mujeres en la prevención y resolución de conflictos, así como en la promoción de la igualdad de género en situaciones de conflicto y en la construcción de la paz.
No obstante, 23 años después, en Colombia sigue siendo un desafío la implementación efectiva de sus cuatro principios: la participación plena y efectiva de las mujeres en todos los aspectos de la prevención y resolución de conflictos, la protección de mujeres y niñas en situaciones de conflicto armado, el abordaje de las necesidades específicas de las mujeres durante la rehabilitación y la reconstrucción después de conflictos, y la promoción de la igualdad de género en las instituciones encargadas de tomar decisiones en materia de paz y seguridad.
Fue en marzo de 2023, cuando formalmente arrancó la hoja de ruta hacia la promulgación del Plan Nacional de Acción (PNA) de la Resolución 1325, con la apertura que ofreció un diálogo entre la sociedad civil y el gobierno nacional para definir los derroteros que guiarán avances, retos y desafíos en la construcción de este primer Plan. Su formulación participativa reunió a más de 1.500 mujeres y 27 organizaciones feministas, de la que hizo parte la Corporación Humanas con su equipo directivo, investigadoras, comunicadoras y mujeres diversas de los procesos sociales que acompaña.
En total, fueron 21 espacios de participación con seis foros macrorregionales en Pacífico y Sur Occidente, Costa Caribe, Eje Cafetero, Oriente, Orinoquía y Amazonía y Bogotá y
Cundinamarca; siete poblacionales, siete territoriales y un foro nacional durante el 2023, para recolectar insumos y recomendaciones, y definir líneas de acción. En ellos participaron de forma activa mujeres indígenas, negras, afrodescendientes, palenqueras, raizales, Rrom, mestizas, campesinas, LBT, firmantes del Acuerdo de Paz de 2016, activistas, privadas de la libertad, urbanas, con discapacidad y académicas del país.
El Plan Nacional de Acción se lanzará en marzo de 2024, tendrá un enfoque territorial, etario e interseccional, y estará en clave de la consolidación de la paz.