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El PNIS no transformó la vida de Yaneth, la endeudó

Yaneth Holguín Londoño es una mujer campesina de Briceño, Antioquia, que se acogió con su familia al Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos Ilícitos (PNIS), formulado en el Acuerdo de Paz. Hoy, ella considera que lejos de ser una oportunidad para reducir la dependencia económica a los cultivos de uso ilícito, se convirtió en un camino hacia el endeudamiento y cuenta que esos “tales beneficios” no existen.

Muchas mujeres en Briceño cultivaron coca como una oportunidad para salir de la pobreza extrema en la que vivían. Los ingresos que recibían los reinvertían en educación para ellas mismas y sus hijos, crearon emprendimientos agrícolas o compraron animales para diversificar la alimentación de sus familias. 

Sin embargo, cuando se escogió a Briceño como municipio piloto de la implementación del PNIS, muchas mujeres se acogieron con la esperanza de disminuir o erradicar la violencia en el territorio y recuperar la legalidad en la región.

Yaneth, como muchas de sus vecinas y familiares, solicitó un crédito en el Banco Agrario para fortalecer el proyecto que inició con el Programa, pero el PNIS no avanzó mientras tanto la deuda continuó. 

En un encuentro en el municipio Yarumal, realizado el 5 de junio pasado, Yaned expuso su propuesta, de un lado, solicitando que a las mujeres cabeza de hogar y ex cultivadoras de coca se les otorguen recursos para el pago total de los créditos en el Banco Agrario. Y, por otro lado, pidiendo incentivos para la mano de obra y apoyo para el fortalecimiento de los emprendimientos de los grupos de mujeres organizadas de su municipio.

Después de siete años, las familias inscritas en el PNIS se reunieron el 19 de junio pasado con el presidente Gustavo Petro en búsqueda de soluciones. Manifestaron que los operadores externos fueron impuestos en el territorio y no ayudaron a la ejecución efectiva del programa. A esta reunión Yaned también asistió. El presidente Gustavo Petro habló con familias campesinas delegadas de catorce departamentos beneficiarias del PNIS y les manifestó su compromiso con la implementación de este y todos los puntos del Acuerdo de Paz. 

“Es un acuerdo unilateral de Estado y hay que cumplirlo”, dijo el presidente. No obstante, señaló que se necesita más tiempo, más recursos y discutir la dinámica global del negocio de los cultivos ilícitos y la política de drogas.

El PNIS tiene 99 mil familias beneficiarias. Y el gobierno nacional considera que este programa debe ajustarse con tres pilares: la asociatividad, la agroindustrialización y la articulación interinstitucional para la transformación territorial y en articulación con la Reforma Rural Integral.

Las comunidades campesinas beneficiarias del PNIS y las voces como las de Yaned coinciden con el enfoque del presidente en el sentido de favorecer el desarrollo rural integral con proyectos productivos lícitos que permitan transformaciones en la economía del campo.  Sin embargo, sigue sin estar claro cómo se van a viabilizar estas transformaciones.

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