La Resolución 1325 es un instrumento que resulta del trabajo de incidencia de varias feministas (Cokburn, 2007) al buscar que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, instancia responsable del mantenimiento de la paz y seguridad internacionales, declarara su compromiso de garantizar los derechos de las mujeres durante los conflictos armados, la búsqueda de salidas a los mismos y la puesta en marcha de medidas que garanticen la
no repetición de las confrontaciones armadas.
El logro de tales objetivos implica la consideración de una multiplicidad de aspectos, a saber: la prevención de las violencias contra las mujeres (en especial las violencias sexual y basada en género), la participación política de las mujeres, la protección de las mujeres y las niñas, su socorro y recuperación. La Resolución 1325, insta al sistema de Naciones Unidas, a los Estados parte, a las partes en conflicto y a quienes participan en la
negociación y aplicación de acuerdos de paz a comprometerse con cada uno de esos
aspectos.
En el año 2020 se cumplieron veinte años de la Resolución 1325 (de 2000) y veinticinco de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing (de 1995) cuyo capítulo dedicado a la mujer y al conflicto armado fue el origen de dicha Resolución (Cohn, 2004), la primera de una serie que se conoce como resoluciones “de Mujeres, Paz y Seguridad”, expedidas en los años siguientes para reforzar lo establecido en la 1325 de 2000.
La celebración de los aniversarios arriba mencionados estuvo atravesada por la pandemia causada por el Covid-19. En este contexto, las enormes desigualdades por las que hemos luchado las mujeres emergieron de manera dramática y nos recordaron que hoy, más que nunca es necesario dar paso a un mundo basado en los principios feministas de respeto y promoción de las diferencias, protección de la vida y del planeta a partir de la
transformación de las relaciones sociales y económicas imperantes.
Este informe ha sido posible gracias al trabajo mancomunado de diversas expresiones del pensamiento feminista que desarrolla su quehacer desde distintas organizaciones no gubernamentales, plataformas y alianzas; también gracias a la forma como cada una de nosotras nos hemos apropiado de este instrumento, cuyas premisas venían acompañando nuestra agenda de construcción de la paz desde y con las mujeres incluso antes de su
promulgación. La estructura final del informe da cuenta de esa diversidad que se ha armonizado en torno de cuatro ejes concertados desde el principio.
A 20 años de la Resolución 1325 las organizaciones de mujeres que revisaron su implementación en Colombia durante 2019 fueron: Colombia Diversa, Corporación Casa de la Mujer, Corporación de Apoyo a Comunidades Populares (Codacop), Corporación Humanas – Centro Regional de Derechos Humanos y Justicia de Género, Corporación Sisma Mujer, Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad (Limpal Colombia), Fundación Oriéntame, Red Nacional de Mujeres, Ruta Pacífica de las Mujeres y Tejido Mujer de la Çxhab Wala Kiwe.
La publicación de este informe contó con el apoyo financiero de Fokus (Foro Mujeres y Desarrollo), Diakonia y Suecia.
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