– 2014-06-23
La paz parece estar un poco más cerca en Colombia. El pasado martes 10 de junio, el Gobierno colombiano y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) anunciaron al país que habían iniciado conversaciones exploratorias para sentar las bases de un proceso de paz. Los primeros contactos se habrían dado el pasado año, iniciando la fase exploratoria el pasado mes de enero.
A través de un comunicado de prensa conjunto, las partes señalaban que: “El objetivo de esta fase exploratoria es acordar una agenda y el diseño del proceso que haga viable el fin del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera para Colombia».
De momento ya se ha llegado a un acuerdo sobre dos puntos a ser incluidos en la agenda, tales son el relacionado con las víctimas y el de la participación de la sociedad civil. El resto aún deben definirse, así como el lugar en el que se llevaría a cabo el eventual proceso de paz, aunque el agradecimiento dirigido por las partes a los gobiernos de Brasil, Chile, Cuba, Ecuador, Noruega y Venezuela por «la buena voluntad y el compromiso» ha colocado a estos seis países en todas las quinielas, en las que Ecuador parte como favorito.
El anuncio del diálogo abierto con la segunda guerrilla de Colombia se produce en un momento clave para el país; coincide con el proceso abierto en noviembre de 2012 con las FARC en La Habana e irrumpe en la campaña electoral pocos días antes de la segunda vuelta de las presidenciales.
Tras divulgarse el comunicado conjunto, el presidente, Juan Manuel Santos, aclaró que las condiciones del diálogo de paz serán similares a las exigidas a las FARC y que el proceso es: «con dejación de armas, sobre unos puntos específicos y en el exterior, sin cese al fuego bilateral, sin despejar ni un milímetro del territorio nacional y sin desmilitarizar ningún tipo de territorio». Frente a las dudas sobre la posible coincidencia en el tiempo de dos diálogos de paz, el presidente Santos ha apostado por un proceso integral ya que, según él, “no puede haber dos modelos de dejación de armas, ni dos procesos de refrendación, ni dos ejercicios de esclarecimiento de la verdad”.
Si hasta ahora el proceso con las FARC había centrado el interés de la campaña electoral para las presidenciales y los rifirrafes de los candidatos, el comunicado conjunto con el ELN convirtió la segunda y definitiva vuelta del 15 de junio, en una suerte de referéndum: procesos de paz SÍ o procesos de paz NO. En el ejercicio de su derecho al voto, los y las colombianas le apostaron a intentar dejar un país en paz a las nuevas generaciones.