Mónica Lozano – 2020-06-18
En Colombia, los cines, museos, teatros y otros lugares destinados para algunas expresiones de arte se encuentran cerrados debido a la pandemia del COVID-19. Sin embargo, esto no ha sido impedimento para demostrar que el arte no está en los lugares, sino que se transmite a través de las personas y sus ideas, como lo han venido haciendo algunas organizaciones de mujeres en todo el país. Ellas han hecho del arte una herramienta para protegerse del contagio del virus, generar conciencia sobre las medidas que se deben tomar, promover la salud mental y evidenciar problemáticas tan graves que vienen en aumento con la cuarentena como la violencia intrafamiliar. Aquí les contamos tres de esas iniciativas.
Retazos de tela, hilo y aguja para sanar las cargas emocionales de la pandemia.
Entre el 10 y el 11 de marzo del año 2000, la barbarie del conflicto armado dejó desolado el corregimiento de Mampuján, en María la Baja, municipio que hace parte de los Montes de María. Una subregión tan biodiversa como explotada para los monocultivos y la ganadería extensiva. En medio de ese paisaje contradictorio, una tarde cerca de 60 paramilitares llegaron a ese pueblo amenazando con asesinar a todos los habitantes como ya había pasado en El Salado un mes antes. Ese día no asesinaron a nadie, pero violaron a cinco mujeres y la gente debió dejar todo lo que habían construido durante años, esa misma noche.
Ese paisaje, los paramilitares, la violencia desatada, las víctimas y la tragedia de las cientos de familias que tuvieron que desplazarse, fueron los primeros relatos que años después tejieron con retazos de tela las mujeres que integran el colectivo ‘Las tejedoras de Mampuján’. A través de una técnica conocida como quilting, ellas plasmaron lo que significó ese momento en sus vidas, así como otra serie de masacres en los Montes de María, permitiéndoles sanar e incluso perdonar a sus victimarios.
Este arte transformador de tragedias en fortaleza es lo que hoy ellas han querido dar como regalo a las personas que están atravesando por momentos difíciles con la pandemia y la cuarentena. Por eso el pasado 20 de mayo llevaron a cabo el taller virtual “Arte y memoria”, dirigido por la lideresa Juana Alicia Ruíz. Allí, se buscó que las personas plasmaran los sentimientos que les ha generado esta pandemia y con la ayuda de retazos de tela, marcadores, hilo y aguja, pudieran liberarse de esas cargas ocasionadas por esta coyuntura.
Antes de empezar hicieron todo un ejercicio de relajación y enseguida se pusieron manos a la obra. El video en Youtube ya cuenta con casi dos mil reproducciones y ha sido comentando por diferentes personas que aseguran que, efectivamente, el ejercicio fue sanador.
‘Las tejedoras de Mampuján’ también están elaborando tapabocas a través de su arte, generando recursos para ellas y sus familias. A través de la economía circular, que aprovecha los retazos de telas sobrantes del diseñador colombiano, Hernán Zajar, lo que permite la disminución de residuos y contaminación. Pasaron a comercializar un producto que en la actualidad le sea útil a la sociedad en época de pandemia, lo que les permite sostener a sus familias, mantener vivo su quehacer, la memoria y ofrecer arte reparador y salud mental en tiempos de pandemia.
Una radio novela contra la violencia intrafamiliar
Los índices de violencia intrafamiliar vienen un aumento por cuenta de la cuarentena. Como lo evidencian las cifras oficiales, se trata de una medida que mientras se cumple, disminuye los contagios, pero propicia la violencia al interior de los hogares. Al ver esa situación, la Red Colombiana de Periodistas con Visión de Género desempolvó la radionovela de 16 capítulos ‘Lazos invisibles’ que produjeron en alianza con la organización PCI Media Impact.
La novela fue desarrollada entre el 2015 y 2016 mediante un proceso de aprendizaje conjunto de hombres y mujeres de las localidades de Bosa, Kennedy y Ciudad Bolívar, en Bogotá, y también del municipio de Soacha.
Con talleres artísticos y de la mano de elementos radiofónicos se formó a las personas en temas como derechos humanos, género, violencias basadas en género y estos a su vez se fueron mezclando con aspectos de expresión corporal y verbal, actuación, teatro, meditación y relajación. Esta serie de actividades dieron como resultado final una radio novela protagonizada por actrices y actores naturales que aseguran que este ejercicio representó un antes y un después en su vida cotidiana.
La radionovela que está acompañada por un taller y una guía metodológica, permite que quienes la escuchen puedan hacer reflexiones sobre los capítulos. Con la pandemia el material ha resultado muy pertinente y se está emitiendo en diferentes partes del país como Cali, Medellín, Tunja y en el departamento de Nariño en dos emisoras de comunidades indígenas. El objetivo es que las mujeres puedan identificar ciclos de violencia y prevenirlos o enfrentarlos en medio de esta situación. Además, las emisiones están siendo acompañadas por una de las integrantes de la Red de Periodistas con Visión de Género, que acompaña una reflexión previa sobre el tema.
“Entiendo a Gloria (protagonista de la radionovela), ya que pasé por esos maltratos y muchos más, durante 20 años de matrimonio. Ahora estoy felizmente divorciada, creo que es lo mejor que me ha podido suceder, salir del yugo del padre de mis hijos”, dice un comentario que llegó mientras se emitía el segundo capítulo en Cali, de la primera radionovela colombiana que aborda de manera directa las violencias contra las mujeres como una apuesta de transformación por la igualdad de derechos.
Arrullos tumaqueños para prevenir el COVID-19
«Vuela la paloma se posa en la arena. En esta pandemia no hay cosas buenas. Póngale cuidado a lo que nos dicen, que las precauciones a todos nos sirven. Use tapabocas y no den abrazos, esos los dejamos para el otro año» fue el arrullo que se empezó a extenderse en el barrio el Tercer Milenio en el municipio de Tumaco. Entre tambores, el guasá y las maracas, en el Día de la Afrocolombianidad, María Presentación Estacio, cuya voz hace parte de las Cantaoras de Tumaco, junto a su familia, creó este canto que busca hacer conciencia en las y los tumaqueños para que sigan las medidas y así evitar más contagios.
Con 70 años de edad, esta lideresa más conocida como María P, sabe que no puede salir de su casa dado el riesgo que puede significar para ella contraer el virus. Un encierro que, como a muchas personas, a veces le genera días tristes y amargos. Por eso hoy sus cantos, que hace unos meses se centraban a relatar las tragedias de la guerra para nunca olvidar lo que han vivido los pueblos de la Costa Pacífica Nariñense, se han volcado a enviar mensajes frente al COVID-19.
Nariño es uno de los departamentos del país con el mayor número de personas contagiadas, y Tumaco representa más del 50% del total de los casos nariñenses. Cifras que alarman a María P y que, de nuevo la han puesto a cantar. “A veces hay momentos alegres y otros tristes y esos sentimientos lo ponen a uno a cantar y a escribir canciones, eso me ayuda. Y para mi es importante que esos cantos los conozca la demás gente para que entiendan la necesidad de protegernos”, dice.
Grabado con la cámara del celular, ella canta con su maraca, su nieto toca la tambora y su hija el Guasá. El canto es famoso en el colegio de su nieto y además se han ingeniado para que, a través de cadenas de Whatsapp, su mensaje llegue a muchas personas de su municipio, incluso ha llegado a Cali y a Bogotá.
En su vida cotidiana ella practica la solidaridad que tanto predica. Con sus vecinos se comparten alimentos y ellos también son el público de los cantos de María P. “Ahora nos tenemos que cuidar por nuestros vecinos y mi vecino se tiene que cuidar por mí”.
María Presentación busca mantener vivas las tradiciones y por eso ve tan necesario que su nieto y, en general, los jóvenes continúen con ese legado cultural. Sus canciones también las ha centrado en exigir acciones de parte del Gobierno Nacional y Local para que apoye a las personas más afectadas por la pandemia “Qué pasa con el gobierno que no nos quiere escuchar? ¿Por qué esa bendita pandemia está en todo lugar? Que los hombres no se odien, se quieran como hermanos, porque esta pandemia que anda a todos nos está afectando. Para todos los continentes esto ha sido una lección. Para que dejemos el odio y vivamos con amor”.
María P. solo tiene un anhelo en medio de los días difíciles “ojalá cambiemos el sistema de vida porque la pandemia puede ser producto de lo que estamos haciendo mal”.